Paseo por el parque [Megan]

Era domingo por la mañana y no tenía nada que hacer, ni si quiera ir a trabajar. Me había levantado temprano, cosa extraña en mí, había cogido a los perros y me había venido a dar una vuelta por el parque.
Hacía buen día y había bastante gente por lo que se hacía agradable andar por aquí. A pesar de lo pronto se podía ver ya a niños jugando, llenos de energía. Continué caminando hasta encontrar un banco vacío en el sol donde me senté.

Me dedicaba a ver pasar la gente distraídamente. Si te paras a mirar muchas veces puedes ver cosas bastante curiosas. Me di cuenta de que una chica morena se acercaba a donde yo estaba y acariciaba a los perros. Sonreí, aunque no conseguí identificarla hasta que me saludó. Puede que fuera porque el sol me daba de frente y no me permitía verla demasiado bien.
-Hola Megan.- La saludé sonriendo todavía más.
Megan era una de mis mejores amigas y la quería mucho, por eso me alegraba de haberla encontrado por aquí.

En cuanto se sentó me giré un poco hacia ella pues antes estaba mirando al frente.
- Muy bien, no me puedo quejar.- Admití contento. Me daba la impresión de que últimamente las cosas me iban muy bien, todo me salía como yo esperaba.- ¿Tú cómo estás?- Le pregunté mirándola con curiosidad.
Tenía que admitir que entendía completamente porque era modelo, siempre me había parecido una chica muy guapa.

Vi como miraba a los perros y después me preguntaba por Sophia y supuse que se había acordado de ella al verlos a ellos, porque eran suyos.
No pude evitar esbozar una gran sonrisa.
- Muy bien.- Dije con sinceridad. En eso tampoco podía quejarme, pues Sophia era una mujer maravillosa.- Es algo frustrante no poder estar juntos en público, pero es una decisión que tomamos...- Eso era lo único malo, pero debíamos aprender a vivir con ello o hacer nuestra relación algo público.

Al escuchar sus palabras me quedé en silencio sin saber muy bien qué decir. No me resultaba tan preocupante lo que decía de no tener a alguien a quien amar o sobre su ex, pero lo de su hijo... Yo tenía claro que cuando tuviera uno, que pensaba tenerlo, sería la cosa más importante de mi vida. De todas formas preferí no continuar hablando sobre ese tema porque ya le resultaría bastante difícil pensar en ello sin que yo le hiciera hablar más de eso.
- Estoy seguro de que sí, te le mereces.- Contesté con total sinceridad y una pequeña sonrisa a lo que había dicho de encontrar a alguien mejor que el último imbécil con el que había estado.

Sonreí con ternura al sentir sus labios besándome en la mejilla.
- Más te vale que sea el primero al que se lo dices.- Exigí en broma fingiendo que la miraba mal, como si la estuviera advirtiendo, aunque unos segundos más tarde solté una pequeña carcajada.
Estaba a gusto en su compañía porque nos entendíamos bastante bien el no con el otro.